San Juan Apocaleta



Difundid Señor, benignamente vuestra luz sobre toda la Iglesia, para que, adoctrinada por vuestro Santo Apóstol y evangelista San Juan, podamos alcanzar los bienes Eternos, te lo pedimos por el Mismo. JesuCristo Nuestro Señor, Tu Hijo, que contigo Vive y Reina en unidad del Espíritu Santo, Siendo DIOS por los Siglos de los siglos.












Website counter Visitas desde 27/06/10



free counters



"Sancte Pio Decime" Gloriose Patrone, ora pro nobis.





Link para escuchar la radio aqui

jueves, 21 de abril de 2011


Amados hermanos en nuestro Señor Jesucristo:
En este Jueves Santo, con el cual se empieza el Triduo Santo de la Semana Santa, hay una sola Misa por iglesia, por parroquia, por comunidad. La Iglesia muestra la unidad del sacerdocio y del sacrificio único de nuestro Señor y por eso, en esta única Misa; los demás sacerdotes, si los hay, comulgan. Unidad del sacrificio y del sacerdocio del cual toda otra inmolación, como todas las misas y los clérigos, son una participación de ese sacerdocio único de nuestro Señor Jesucristo.


Hemos visto en el evangelio el relato de la traición de Judas, que ya nuestro Señor sabía, y cómo, no obstante, Él les lava los pies a los apóstoles, a sus discípulos. ¡Qué ejemplo de humildad y de amor para mostrar la necesidad de seguir ese ejemplo del Divino Maestro!


En este Jueves Santo muestra también la Iglesia la institución de la Eucaristía, es decir, de la Santa Misa. Era aquel día, en la última cena, una anticipación del sacrificio del calvario que se iba a producir al día siguiente. Instituye la Santa Misa junto con el sacerdocio, porque están íntimamente correlacionados. El sacerdote no es otra cosa sino el hombre del sacrificio de nuestro Señor; eso es la Santa Misa. No es una cena, una synaxis, como dice San Pablo, porque antiguamente no estaba separada esa synaxis, del sacrificio; dados los abusos, los apóstoles decidieron separar la comida, la synaxis, del sacrificio, para que no hubiera malos entendidos ni abusos posibles y para que no hubiera la diferencia entre el que tenía mucho y el que nada tenía de comer como lo vemos en la epístola de hoy.


Nuestro Señor instituye un día como el de hoy el sacerdocio católico, instituye la Santa Misa por anticipación; por eso, ahora, después de la muerte de nuestro Señor todas las Misas son la renovación incruenta del mismo sacrificio del calvario renovado sacramentalmente sobre el altar, por el mismo Cristo representado en el sacerdote, que es otro Cristo por tener la gracia sacramental del sacerdocio de nuestro Señor, basada en esa gracia de unión. Eso es el sacerdocio y no lo que hoy se predica queriendo igualar a la Misa a una reunión o synaxis y al presbítero a la manera protestante. Esas son aberraciones cultuales litúrgicas y doctrinales que están afectando la esencia de la religión y de la Iglesia católica, apostólica y romana.


Quienes vienen aquí deben, pues, tener una noción clara de estas verdades sobrenaturales para que podamos dar fe y testimonio de ellas en medio de esta gran hecatombe de pérdida y crisis de fe, con la consabida consecuencia de la pérdida de la moral y de la conversión de casi media Colombia, en su ignorancia vuelta hacia el protestantismo por fuera y por dentro. Por fuera, por todas las sectas protestantes que vemos alrededor; y por dentro, porque los sacerdotes modernistas se comportan dentro de la Iglesia como verdaderos protestantes y esas son abominaciones que manifiestan la falta del sentido sagrado y católico de la religión, del culto y de la Santa Misa; por eso la garantía es de un modo incondicional la fidelidad a la sacrosanta Tradición de la Iglesia católica, apostólica y romana.


Al instituir nuestro Señor la Santa Misa y el sacerdocio católico nos demuestra su amor, porque no otra cosa es la Pasión de nuestro Señor que llega hasta el sacrificio de Sí mismo; porque para salvarnos nuestro Señor ha hecho todo lo posible, y por eso, cuando vemos una Cruz, vemos la expresión de querer; que sigamos ese camino de ejemplo de amor crucificado, y asimilemos, asemejemos e imitemos la inmolación de nuestro Señor.


En consecuencia no puede existir una Iglesia católica sin Cruz como hoy lo quiere el modernismo progresista, buscando un paraíso de bienes terrenales aquí en la tierra, sin Cruz. Esa es la peor falsificación de la religión católica y así será la del anticristo, que abominará dentro del templo proponiendo una religión sin Cruz. Hacia eso nos encaminamos. Y por eso la gente quiere esa doctrina fácil de hoy día, donde no hay pecado o “el pecado es lo que a mí me parece”; si me da la gana de salir desnudo y para mí eso está bien, pues no peco; por eso se besuquean en cualquier esquina las parejas desvergonzadamente; por eso las mujeres andan con el ombligo al aire, porque si para esa niña eso está bien, no es pecado; y así vivimos en la estupidez que provocan los escándalos. Y no se hable del matrimonio, de la familia, de los divorcios, de la contracepción, del cine. La humanidad vive en un eterno carnaval a espaldas de Dios y cada uno cree que todo lo hace bien; todo se justifica; así se destruye toda noción objetiva de bien y de mal, de vicio y de virtud. Estamos peor que los paganos, peor que en Babilonia. Esto clama el fuego del cielo, el castigo de Dios que va a venir tarde o temprano y más temprano que tarde cada día que pasa; porque todo esto ya tiene una dimensión apocalíptica por su universalidad y su gravedad, pero como en la época de Noé, el mundo sigue danzando y bailando.


Debemos sacar de esta Semana Santa un motivo de reflexión para que no nos dejemos arrastrar por el mal ejemplo que se ve por doquier y que imprime carácter, ya que socialmente se justifica bajo cualquier pretexto como es la libertad. Libertad para todo menos para el bien y la verdad y hay quienes alegan porque, dicen, son los únicos que tienen derecho a ella, pero no advierten que nuestro albedrío de seres humanos no es el de los animales, que no tienen uso de razón.


La libertad se prodiga en la verdad. “La verdad os hará libres”, dijo nuestro Señor; cualquier otra es absurda, no existe de acuerdo con los parámetros de la naturaleza humana que es la que hoy se prodiga, se exige y es la que la juventud quiere y no solamente ésta sino los mayores, volviéndose peores que jóvenes libertinos. Por todo lo anterior las tinieblas y la confusión reinan hoy día como nunca se ha visto ya que es universal.


¿De qué nos vamos a extrañar entonces porque el mundo esté en caos, como hoy, alocado, sin norte, sin horizonte, sin pies ni cabeza? Todo eso por no seguir el ejemplo que nos propone la Iglesia con su evangelio. ¿Qué más puede haber fuera de Cristo? La paz falsa del anticristo y a esa nos dirigimos. O aceptamos a Cristo o al anticristo, no hay término medio. Debemos reflexionar sobre todo esto para reaccionar en este mundo como católicos verdaderos y no de nombre, pero ignorantes, que para lo único que serviríamos sería como dice el adagio: católico ignorante seguro protestante.


Que esta Semana Santa sirva para que nosotros reanudemos esos deseos de imitar el amor de nuestro Señor aceptando la inmolación cotidiana a través del sufrimiento, la enfermedad, la adversidad, la contradicción, la vejez, a través del mal, porque éste sirve al bien, acrisola la virtud y ésta nos hace imitar a nuestro Señor. Por eso Él aceptó el mal, aceptó morir en una Cruz injustamente por manos de los judíos, y ahora nosotros, iguales o peores que ellos lo crucificamos en su Cuerpo Místico, la Iglesia, con todas estas aberraciones que hoy vemos, toleramos y aceptamos.


Tratemos de hacer una Semana Santa con esos deseos, para poder festejar después con creces la Pascua de resurrección, porque si nuestro Señor murió para resucitar después, al tercer día, probando su divinidad, podamos entonces ser fieles testigos, dando prueba de nuestra fe, proclamando su divinidad.


Pidamos a nuestra Señora, a la Virgen María, para que nos fortifique, nos consolide en esa fidelidad de testimonio en la proclamación de la divinidad de nuestro Señor y de su santa Iglesia. +


PADRE BASILIO MERAMO
17 de abril de 2003

sábado, 9 de abril de 2011

MONS. LEFEBVRE ECLIPSADO Censurado y silenciado por los suyos

Hay cosas que claman al cielo y que colman la indignación ¿Cómo es posible que Mons. Lefebvre sea censurado por los suyos (o que se dicen tales)? ¿Por qué se torna censurable Mons. Lefebvre para el Superior General? ¿Qué le molesta o le incomoda a Mons. Bernard Fellay? ¿Por qué la Fraternidad San Pio X prohíbe la divulgación de los sermones en general y particularmente de uno difundido por Max Barret, uno de los conductores y confidentes de Mons. Lefebvre?




La Fraternidad San Pio X debería ser la primera en difundir todos y cada uno de los sermones de Mons. Lefebvre y agradecer a quienes colaboran en esta labor, y no hacer lo que los enemigos de la Iglesia hacen, imponiendo la rígida ley del silencio cuando no del desprestigio.




Mons. Fellay muestra la molestia que le produce el sermón de Mons. Lefebvre censurando su publicación y evitando su difusión. En este sermón denuncia la masonería dentro del vaticano y la Iglesia, las ideas y principios masónicos que forjaron e inspiraron el concilio vaticano II, como carta magna de los errores y herejías, de la revolución litúrgico – doctrinal dentro de la misma Iglesia operada por vía de jerarquía y de “santa obediencia”.




Mons. Lefebvre denuncia claramente el contubernio entre la masonería y el vaticano. Llega a señalar como hipótesis valida (aceptable) y verosímil que si un papa antes de su elección es masón, se ilegitima e invalida su elección, pues está excomulgado. O que dejaría de serlo por caer en herejía y en consecuencia quedaría excomulgado.



Es evidente que estas afirmaciones no son “políticamente correctas” y mucho menos oportunas si se está en tratativas claudicantes con los prelados eclesiásticos oficiales, que son logia masónica vaticana (o eclesiástica).



El hecho de impedir que los fieles tengan acceso a las denuncias de Mons. Lefebvre evidencia, muestra y comprueba el compromiso de los responsables de esta censura con la masonería vaticana.



La Fraternidad San Pio X esta no solo financiera sino ideológicamente (teología y doctrina) en manos de los enemigos de la Iglesia que la han infiltrado, la han copado. Si lo anterior no fuera cierto, se promovería y divulgaría todo lo que Mons. Lefebvre afirmó y no le impondrían (como lo están haciendo) el vil y traidor silencio.



Con que derecho de propiedad se arroga Mons. Fellay la exclusividad de los sermones de Mons. Lefebvre, si ni él ni la Fraternidad San Pio X son herederos carnales. Si el Superior General o alguien en la Fraternidad San Pio X tiene un testamento en su favor que lo muestre, y aun así, ese poder seria para propagar y difundir sin tergiversaciones su testimonio y no para censurarlo y reprimirlo, o meterlo en el cajón del olvido.



Los sermones y todo lo que dijo Mons. Lefebvre son patrimonio de la Iglesia y el único dueño es Jesucristo.



Esta prohibición petulante, no es nada más que una muestra de fariseísmo por parte de aquellos que la inflingen.



Es una lástima que ninguno de los miembros de la Fraternidad San Pio X diga nada al respecto, y es mas vergonzoso aun que ninguno de los otros 3 obispos tampoco se pronuncie.



El hecho que 20 años después de fallecido Mons. Lefebvre no se hiciera nada por publicar sus sermones, es una clara evidencia que no le interesa mucho a los superiores de la Fraternidad San Pio X lo que el dijo.



Conviene además recordar que si bien Mons. Lefebvre fue el fundador de La Fraternidad San Pio X, el no era miembro de ella, y como prueba esta el hecho que el siempre uso el cordón de su congregación, como religioso que era de los Padres del Espíritu Santo, luego mal haría la Fraternidad San Pio X en adjudicarse la propiedad sobre su palabra para censurarla y reprimirla.


Que contradicción farisaica que en plena época de libertad tan cacareada se imponga el silencio a Mons. Lefebvre por parte de sus propios discípulos.



Claro está que si la Iglesia esta eclipsada, nada de raro tiene que uno de sus más fieles servidores este también eclipsado. Lo que si asombra es que lo eclipsen quienes se dicen sus fieles continuadores.




P. Basilio Méramo Bogotá. 8 de Abril de 2011


COMUNICADO RECTIFICATIVO


Después de haber recibido elementos de información suplementaria, quiero haceralgunas aclaraciones y correcciones a mi texto publicado el 8 de abril

Punto 1:Entre las numerosas intervenciones de Monseñor Lefebvre censuradas por la Fraternidad San Pío X, mencioné una en particular, en la que denunció la alianza adúltera entre la masonería y el Vaticano. Contrariamente a lo que escribí, no fue un "sermón", sino una conferencia celebrada frente a las asociaciones San Pio V en febrero de 1976 y cuyo registro había sido confiado al Padre Guépin.

Punto 2: Hecha la verificación, esta conferencia en realidad fue censurada inmediatamente después que las ediciones Saint Remi la habían dado a conocer en un comunicado emitido en respuesta a los repugnantes ataques de que han sido objeto por parte de la Fraternidad San Pío X para prohíbirles editar los sermones del arzobispo Lefebvre.


Padre. Basilio Méramo

Bogotá 28 de abril de 2011

miércoles, 6 de abril de 2011

PseudoIglesia y Pseudoprofeta

La gran y mayor falsificación eclesiològica oficialmente fue operada con el Pseudo Concilio Ecuménico Vaticano II, atípica y contradictoriamente no infalible, al renegar de la divina prerrogativa de la infalibilidad doctrinal (magisterial), la cual por derecho divino y esencia constitucional le compete a todo Concilio Ecuménico legitimo como órgano de la Iglesia divinamente constituida y asistida por el Espíritu Santo, pues una Iglesia divina (como la Iglesia Católica Apostólica y Romana) que se equivoque en materia de Fe no sería tal, no seria precisamente divina. Luego no puede haber un legítimo Concilio Ecuménico que sea no infalible, esto postula su ilegitimidad constitucional y su ejercicio magisterial. Se trata pues, de un falso Concilio Ecuménico de Derecho y de Hecho, por lo cual teológicamente es un Conciliábulo más en la historia de la Iglesia; aunque solemne, muy solemne como lo son los grandes fraudes que el vulgo siempre se traga; y esto con el agravante teológico y doctrinal de las cosas de orden religioso, utilizando el nombre de Dios y de la Verdad Eterna.

A continuación proponemos algunos textos que nos pueden alertar con sabiduría sobre un asunto tan delicado, tomados una vez mas del benemérito Padre Leonardo Castellani que no siempre se lo tiene en alta estima en los medios que se dicen tradicionales.


“Los ciegos ven… los pobres son iluminados. Ese es el milagro fundamental de Cristo y de su Iglesia: Iluminar. ¡Y ay de la Iglesia cuando los pobres no son iluminados!” (El Evangelio de Jesucristo, ed. Dictio 1977. p. 410).


“Así pues el dogma de la Trinidad, envuelto en la niebla germánica y en una complicada terminología, se convierte en un panteísmo sutil que va a desembocar en la adoración del Hombre; la gran herejía de nuestros tiempos, la ultima herejía que será, según la predicción de San Pablo, el sacrilegio del Anticristo: ‘el cual se exaltará y levantará sobre todo lo que es Dios, sentándose en el Templo de Dios, y haciéndose adorar como Dios’.” (El Evangelio p.240).


“Ciertamente, la crisis actual de la Iglesia tiene un carácter que no han tenido las otras; es absolutamente total: total en la extensión, cubre todo el mundo; total en la intensidad, pues la herejía naturalista (o el ‘aloguismo’, como la llamo Belloc) es la herejía más radical que ha existido y puede existir: falsifica todos los dogmas del Cristianismo vaciándolos de su contenido sobrenatural, y poniendo en su lugar la adoración sacrílega del Hombre; que sabemos será la doctrina del Anticristo.” (Domingueras Prédicas, ed. Jauja, 1997 p. 136).


“Martínez Zuviria decía en la Argentina no había herejías porque no había tampoco Fe. Hay que modificar esa proposición diciendo que en Argentina no hay herejías como las antiguas, el Pelagianismo o el Luteranismo, pero está la herejía moderna, que es oculta, resume a todas las otras, y es más peligrosa que todas: ella es el modernismo, el naturalismo religioso, el progresismo; o como quieran llamarla. Ella consiste simplemente en suprimir lo sobrenatural y endiosar lo natural, lo cual hizo el primero de todos Pelagio en el siglo IV. Esa herejía central es el fondo común o cimiento de todas las formas del naturalismo herético actual, que son veinte o más. Tiene muchas cabezas como la hidra de Lerna; sólo que la hidra de Lerna tenía 7 cabezas y esta tiene como 70. Muchas de ellas contrarias entre sí – aparentemente – y se golpean, patean. (…) Basta ver por ejemplo el Liberalismo y el Comunismo; los dos se pelean ferozmente (…) Y sin embargo tienen un fondo común: el hombre, prescindente de Dios. Para el Liberalismo el hombre es ‘un animal rationalisticus’, para el Comunismo es un ‘animal economicus’; pero esos dos animales nada tienen que ver con Dios. El naturalismo consiste en independizarse el hombre de Dios; y el hacerse el hombre independiente de Dios es la esencia del Pecado.” (Domingueras Pred. p. 195‐196).


“El hombre es naturalmente bueno y no tiene mas que seguir los impulsos de su corazón para acertar siempredirá Rousseau más tarde (…) Esta aberración de que, con tal de Amar a Dios, uno sigue siendo bueno aunque haga horrores, es una herejía del siglo XVII: el ‘quietismo’ de Miguel de Molinos.” (Domingueras Prédicas. p. 198‐199).


“Y así vino gestándose a través de los siglos la herejía del Anticristo, compendio de todas las herejías, que consiste en la adoración del hombre en lugar de Dios. Convierte tu primero al cristianismo en algo sutil, extrayendo lo sobrenatural; después apodérate de la cascara, o sea los dogmas vacios, como mitos o sea como imágenes poéticas o como recuerdos históricos, (…) infaliblemente vendrá el tercer paso, el relleno del vacío de lo sobrenatural con lo natural, la sustitución de Dios con el hombre. Porque el hombre es un ser esencialmente dependiente y siente su dependencia, y si rehúye su verdadera dependencia de Dios, echara mano de otros dioses de quien depender y adorara al Estado, o a la Razón, o a la Ciencia o a la Estética, obras del Hombre; y finalmente al Hombre, sea con el nombre de la Humanidad, o la Libertad, o la Patria o lo que fuere.” (Domingueras Préd. p.200).


“El Pelagianismo negaba de un modo u otro la gracia; y es importante por ser el padre del Naturalismo o
Modernismo actual. Pelagio, que era un esplendido ingles residente en Roma, una especie de Maritain de aquel tiempo (siglo IV), enseño primero que la gracia de Dios, de que tanto hablaba San Pablo, era simplemente la naturaleza que Dios dio al hombre; y mas tarde añadió que si había una ayuda de Dios, pero era necesaria sino solamente facilitante, ‘adyuvante’, ayuda; no para salvarnos sino para poderlo más fácil. Negando la gracia, negaba el pecado Original y, lógicamente, también la Redención de Cristo, que se volvía superflua; aunque él nunca lo dijo así.” (Domingueras Préd. II, p. 156).


“El Naturalismo actual es Pelagianismo radical y es la gran herejía moderna; y la última (según creo), que será el nido del Anticristo; pues no se puede ir mas allá en línea de herejía; pero toda ella deriva de la negación de la gracia, por tanto, la negación de lo sobrenatural; por tanto, el vaciamiento de todos los dogmas cristianos, que se convierten en simpáticos Mitos, que naturalmente comienzan a rellenarse de la adoración nefanda del hombre; que dijo San Pablo sería el pecado del Anticristo, ‘la abominación de la desolación’.” (Dominguera Prédicas II, p.157).


“Los errores de Pelagio reaparecen en Maritain, Fray Alberto García Vieyra escribe al respecto: ‘El Humanismo Cristiano, que tiene sus orígenes en el Humanismo Integral de Jacques Maritain muestra aversión a lo sobrenatural; no tolera más que una Fe subjetivista, en el Fuero interno, y tiene una concepción naturalista de las instituciones sociales y políticas. Tal concepción humanista o pluralista ha paralizado y corrompido todas las fuerzas reales del apostolado católico, llevándole a la pendiente de las concesiones, de la tolerancia, de los silencios cómplices’.” (Dominguera Prédicas II, p.156).


“Las notas de este Humanismo son las siguientes: 1) Silencio frente al error y frente a la herejía. 2) Complejo
anticlerical. 3) Actúa en política, pero todo su interés está en prescindir de la Fe, y reducirse al plano de lo
temporal. 4) Personalismo. Persona humana por activa y o pasiva: es la suprema razón de ser de todas las cosas, el Reino de Jesucristo en el mundo, con sus legitimas exigencias para el hombre, queda como una verdad poco menos que archivada, o por lo menos impracticable”. (Dominguera Prédicas II, p.156).


“El Humanismo incurre así en Pelagianismo, o por lo menos, no toma en cuenta la necesidad de la gracia para sanar la naturaleza humana y superar sus problemas. La persona humana se considera únicamente como sujeto de derechos y libertades absolutas, callando las exigencias de la Fe y del orden sobrenatural.” (“El Pecado Colectivo de los Católicos”, en revista “Docencia”, noviembre de 1958 págs. 29‐30. Abreviado). (Domingueras Prédicas II. p. 156‐157).


“El mundo moderno se ha propuesto elaborar una nueva religión que excluye la gracia porque reclama para
nuestra naturaleza la capacidad de llegar a ser por sí misma sobrenaturaleza. Este intento recibe su inspiración de la Masonería, empeñada en imponer una falsa religión, ‘cuyo misterio es no tener misterios’. Así el jesuita Karl Rahner piensa que el tiempo ha dado la razón a Pelagio y no a San Agustín. Dios y la gracia de Cristo están en todo, como en la esencia de cualquier realidad. El Padre del Modernismo, Hegel, había afirmado que si la esencia divina no fuese la esencia del hombre y de la naturaleza, entonces sería una esencia vacía, nada. Dios no es trascendente al mundo sino que es el fondo cósmico, del que todo procede y en el que todo se resuelve, y la evolución es el proceso al que Dios debe someterse para tomar conciencia de sí en nuestro espíritu.” (Domingueras Préd. II, p. 157‐158). ¡Habrase visto mayor síntesis del pensamiento gnóstico cabalístico que nutre toda la fisofofía Moderna que infecta la Teología!


“Y lo cuarto de notar es la falsificación actual del amor cristiano, una entre muchas; pues todo el Cristianismo está siendo falsificado; y esa falsificación comenzó con el Protestantismo y llega a su ápice con el Modernismo”. (Domingueras Préd. II, p.273).


“Voy a hablar de los Pseudoprofetas de hoy; es decir, de la herejía actual; que consiste en una falsificación total del Cristianismo. Toda herejía es una falsificación: suprime un Dogma o varios, o bien exagera un Dogma o varios; las dos cosas ordinariamente. Pero esta herejía es la más propiamente falsificación porque conserva todos los Dogmas en su cascara y los vacía por dentro; los vacía de los sobrenatural y los rellena de lo natural (…)”. (Domingueras Préd. II, p.275‐276).


“Las primeras herejías negaban un Dogma: o la Divinidad de Cristo, o la Trinidad, o el Espíritu Santo, o el dominio de Dios sobre las cosas visibles adjudicadas al Diablo. En el siglo XVI surge la primera herejía total, el Protestantismo. Comenzó negando un solo Dogma, la Iglesia Visible con su jefe el Papa; pero era fácil de ver que, removida la autoridad religiosa, y proclamando el ‘libre examen’ de la Escritura, todas las herejías se iban a precipitar dentro por esa brecha. Y así, sucedió: el arriano, el macedoniano, el albigense o maniqueo, el mahometano, aparecieron dentro del Cristianismo, o mejor dicho del Pseudocristianismo o protestantismo, dividido rápidamente en innumerable le sectas, cada una con su propio Credo: luterano, calvinistas metodistas, presbiteriano, adventistas, e via dicendo, hasta las monstruosidades de los Testigos de Jehová o los Mormones.” (Domingueras Préd. II, p. 216).


“Pero la falsificación del cristianismo es peor, mas peligrosa; y ella se ha difundido por el mundo, primero en el mundo eclesiástico, con el nombre Herejía Modernista, condenada por Pio X en la encíclica Pascendi y el
Juramento Antimodernista (…) ¿En qué consiste esta falsificación? Simplemente en vaciar al cristianismo de su contenido sobrenatural; convertirlo por tanto en una religión natural, fácil y asida al Estado; al final, en una mitología.” (San Agustín y Nosotros, ed. Jauja, 2001, p. 143‐144).


“Está escrito en las profecías que en un tiempo los hombres desconocerán a Dios en tal forma que no habrá
prácticamente Fe sobre la tierra; y que en ese tiempo el Evangelio de Jesucristo ya habrá sido anunciado por todas partes; de modo que lo que habrá en realidad será una Gran Apostasía…” (San Agustín. p 149).


“Por otra parte, está escrito en las profecías que en aquel tiempo a los que crean de vera en Dios los echaran de las Iglesias (…)” (San Agustín p.149). Y podemos añadir que hasta de la misma Fraternidad S.Pio X.


“El hombre religiosos debe decir: “Aunque todos mis correligionarios, por un imposible, se corrompieran, yo con la gracia de Dios no me corromperé; y en ese caso subsistirá la Iglesia de Dios en mi…” (San Agustín. p.78). “ ’Confirma cetera, quae moritura erant.’ ¿Qué podemos hacer nosotros, si todo esto depende de una seria de destrucciones sucesivas y forma parte de una destrucción que avanza? ‘Conserva las cosas que han quedado, las cuales son perecederas’ – le manda decir Jesucristo al Ángel de la Iglesia de Sardes, la quinta Iglesia del Apocalipsis – lo cual quiere decir ‘atente a la tradición’, que es lo que ha hecho la Iglesia desde el Concilio de Trento. Pero el texto griego dice un poco diferente y más enérgico: ‘robustece lo que ha quedado, que de todas maneras ha de perecer’. Pero esto es inhumano, se nos manda luchar por una cosa que va a perecer, luchar sin esperanza de victoria, lo cual es imposible al hombre. Es imposible al hombre que está en el plano ético, cuyo signo es la lucha y la victoria; pero no al hombre que está en el plano religioso, el cual lucha por Dios, y sabe que la victoria de Dios es segura, y que él ha nacido para ser usado, quizá para ser derrotado, ¿qué importa? ¡Hemos nacido para ser usados! ¿Por quién? ¡No por el Estado, por el Padre que está en los cielos! (…) Tenemos que luchar por todas las cosas buenas que han quedado hasta el último reducto, prescindiendo de si esas cosas serán todas ‘integradas de nuevo en Cristo’, como decía Pio X, o nuestras propias fuerzas o por la fuerza incontrolable de la Segunda Venida de Cristo. ‘La verdad es eterna – y ha de prevalecer sea que yo la haga prevalecer o no’.” (San Agustín, p. 106‐107).


“ ‘Dios no nos dice que venzamos, Dios nos pide que no seamos vencidos…’ ¡La Iglesia es eterna! – dicen los
democristianos. La Iglesia es eterna en el sentido que Jesucristo habló; pero la organización externa de la Iglesia, digamos el Vaticano, no es eterno: esa organización ha sido quebrada y reformada muchas veces. Y la Iglesia será quebrada al fin del mundo. Los que es eterno es el alma del hombre unida a Dios… unida a Dios para ser usada.” (San Agustin, p. 107.)


“Hay pues dos profecías en el Evangelio que parecen inconciliables: una es que ‘las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella’; la otra es que cuando vuelva Cristo ‘apenas encontrara Fe sobre la tierra’.” (El Evan. p.300).


“La misión esencial de la Iglesia Jerárquica es enseñar ¿Enseñar Matemáticas y Filosofía? Enseñar ‘a guardar todo aquello que yo os he mostrado’, la doctrina de la Fe y de la Caridad. Lo demás no está mal, pero para lo demás no tienen los curas autoridad directa de Cristo: si enseñan Matemáticas deben saberlas; y si no las saben, aprenderlas. Para esta enseñanza salvífica Cristo les prometió especial asistencia: ‘y he aquí que yo estoy con vosotros todos los tiempos hasta el fin del mundo’, o como dice el texto griego ‘hasta la consumación del siglo’. ¿Incluye esta promesa la consumación del siglo, el periodo del Anticristo, o la excluye? Yo no lo sé. Lo que sé es que Cristo no abandonará jamás a los suyos. Y sé también que de este texto no puede deducirse ni la infalibilidad del Papa – aunque no la excluye‐ ni que la Iglesia haya de triunfar siempre en sus empresas temporales –como algunos presumen‐ ni que en ella no habrá nunca errores accidentales o focos de corrupción; ni mucho menos una especie de temeraria infabilidad personal y poder de prepotencia a favor de sus ministros mas allá de los límites claros y precisos en que la autoridad legítimamente se ejerce. Porque ha habido siempre y hay por desgracia quienes con decir ¡Jerarquía, Jerarquía! Quieren que uno se trague todo lo que ellos piensan, creen, dicen o hacen; lo cual es una increíble y muy dañosa falta de Jerarquía, cuando el que no ve quiere guiar al que ve, y el que no sabe, enseñar al que sabe; y como dijo mi tocayo, paisano y patrono San Jerónimo el Dalmata en su Epístola XLVIII, 4. ” (El Evan. p. 242‐243).


“El Papa es infalible pero no en todo … Cuando declara solemnemente las cosas de la Fe, cosa que hace pocas veces, por cierto; pero pretender como hace muchísima gente aquí que todos los Papas o tal Papa particular son maravillas de inteligencia y de rectitud, hasta llegar a renunciar al propio sentido moral, cerrar los ojos ante un error y una iniquidad manifiesta, y dar como anticatólico, o poco católico, o no católico al que no puede cerrar los ojos así, al que no puede renunciar a su sentido moral, eso es inventar un nuevo dogma , eso es rendirse a una superstición, eso es morar en plena exterioridad.” (San Agustín, p. 256).


“En otros tiempos, cuando el Papa se equivocaba, los Santos de aquel tiempo le decían tranquilamente: ‘Non lo sapevate un corno’; y el Papa mismo rogaba que se lo dijeran. Había más caridad. Había comunión.” (San Agustín, p. 257).


“¿Y cuándo será esa reunión, y ‘no habrá más que un solo redil y un solo pastor?’ ¿Se ha verificado ya? Solo
parcialmente o virtualmente hasta ahora. Nosotros creemos que el cumplimiento perfecto de esta profecía de Cristo será ‘después que haya sido predicado el Evangelio en todo el mundo’, y ‘después que haya sido vencido el Pésimo Pastor, el Hijo de la Perdición’; es decir el Anticristo, que como castigo de las negligencias y faltas de los pastores de su Iglesia permitirá Dios aparezca y domine el mundo entero por un poco de tiempo; ante el cual estarán los pueblos (…) aterrados y mudos como ante el lobo los rebaños de ovejas.” (El Evan. p. 212).


“Cuando los vándalos quemaban iglesias en Roma, San Cipriano escribía a sus obispos: ‘No os deis afán por edificar templos materiales en los cuales al fin y al cabo sabéis que un día se sentara el Anticristo. Edificad la Fe en los pechos, templos que nadie puede quemar’.” (El Evan. p. 412).


“Pues bien, es el liberalismo en pugna con su hijo el comunismo, el espíritu batracio que salió de la boca de la Bestia y el otro que salió de la boca del Dragon…‐Y el modernismo ¿Qué hace? – El modernismo coaligara a los dos (…) los fusionara al fundente religioso. El modernismo es el fondo común de las dos herejías contrarias, que algún día –que ya vemos venir‐ las englobara por obra del Pseudoprofeta. (Los Papeles de Benjamín Benavides, ed.Dictio 1978, p. 45).


“El principal déstos es el de la Segunda Bestia, una fiera que surge de la tierra como la otra surgió del mar, es decir, de la Iglesia en contraposición al mundo; la cual aunque habla como dragón ‘tienen dos cuernos semejantes al Cordero’. Esta bestia es al que ‘actúa’ y reduce a la práctica, es decir, ritualiza todo el poder de la otra, dice el Profeta. Ella es la propaganda sacerdotal; ella organiza la adoración idolátrica, impone la adoración del ícono nefando (…) Esta bestia es pues evidentemente un movimiento religioso, una herejía parecida al Cristianismo, la ultima herejía, la más nefanda y sutil de todas, la adoración del Hombre; encarnada ella quizá en un genio religiosos, una especie de inmenso Lutero, Focio, o Mahoma. Quizá sea un antipapa y los dos cuernos signifiquen la mitra episcopal. No lo sabemos.” (Los Pap. p. 297).


“El significado concreto y ya esjatologico de las dos Mujeres es este, según parece: La mujer celestial y afligida es el Israel de Dios, Israel hecho Iglesia; ‐y concretamente el Israel convertido de los últimos tiempos; la Mujer ramera y blasfema es la religión adulterada, ya formulada en Pseudoiglesia en el fin del siglo, prostituida a los poderes deste mundo, y asentada sobre el formidable poder político anticristiano…” (El Apokalipsis, ed. Paulinas 1963, p. 261).


“El Anticristo no será un demonio, sino un hombre ‘demoniaco’: tendrá ‘ojos de hombre’, levantados con plenitud de la ciencia humana, y hará gala de humanidad y ‘humanismo’; aplastará a los santos y abatirá la Ley, tanto la de Cristo como la de Moisés; (…) hará imperar ‘la abominación de la desolación’, o sea, el sacrilegio máximo; será soberbio, mentiroso y cruel, aunque se fingirá virtuoso; (…) Reducirá a la Iglesia a su extrema tribulación, al mismo tiempo que fomentará una falsa Iglesia.” (El Apok, p.198‐199).


“En su tiempo habrá verdaderos monstruos que ocupara cátedras y sedes, y pasaran por varones píos, religiosos y aún santos (…) aprovechara un cristianismo adulterado.” (El Apok, p.199).


“El Anticristo, según toda la exégesis sin excepción: el ‘restaurador del Imperio de Augusto’ en forma proterva, inteligencia común de todos los Santos Padres; el fundador y beneficiario de una nefanda religión falsificada.” (El Apok, p.329).


“Nada impide que la ‘propaganda sacerdotal’ del Anticristo (Lacunza, Pieper) esté encabezada por un Obispo apóstata (Solovief) o incluso un Antipapa; así sucede en la historia humana; cuerpo pide cabeza.” (El Apok, p.334).


“El Anticristo se parecerá al Cristo. Por tanto aparecerá como ‘bueno’, y no nefario y criminal, como aparecía su predecesor Nerón a la Plebe de Roma. Hay que notar mucho esto, porque la imagen del Anticristo que la tradición (sobre todo la de los siglos medios) nos ha trasmitido es falsa.” (El Apok. p.341). Esto es clave para desfantasiar la imagen pueril del Anticristo que circula impidiendo desenmascararlo.


“No hay en la Escritura mención de otro delito del Anticristo que este de la blasfemia y el sacrilegio máximo (‘la abominación de la desolación’) y la iniquidad y tiranía contra los cristianos, que en su consecuencia; va a exigir honores y cultos divinos, para lo cual aparecerá como bueno e incluso santo.”(El Apok, p.343‐344).


“La Medición del Templo. Todos los Santos Padres han visto en esta visión el estado de la Iglesia en el tiempo de la Gran Apostasía: reducida a un grupo de fieles que resisten a los privilegios y poderes del Anticristo (Mártires de los últimos tiempos) mientras la Religión en general es pisoteada… Pisotear no es eliminar: el ‘cristianismo será adulterado’. ” (El Apok, p. 152).


“El anhelo más profundo de toda la humanidad actualmente es la paz; y en ese anhelo justamente hará palanca el Anticristo. Aquel déspota gigantesco, aquel plebeyo satánico, dará al mundo la paz; una paz sacrílega y embustera, durante la cual se perseguirá a sangre y fuego casi hasta la extirpación a la Iglesia de Dios.” (Los Papeles, p.29).


Esto es lo que estamos viendo y viviendo a partir del Concilio Vaticano II.


Todo lo que vio y dijo proféticamente el P. Castellani nos toca verlo y vivirlo (sufrirlo) hoy, para todo aquel que tenga ojos para ver y oídos para oír.


Padre Basilio Méramo Bogotá, Abril 5 de 2011